En el PGOU de 2006 se plantea como principio general para la movilidad urbana favorecer al peatón, la bici y el transporte colectivo frente al transporte individualizado. También se proyectan las vías férreas de metro y tranvía: que se avance en esto y se amplíe la línea para poner una estación de metro en el extremo de Avenida Ciudad de Chiva. Con el metro y el tranvía, que pueden anticiparse a las miles de viviendas que se prevén, se anima a los futuros vecinos de estos barrios a utilizar el transporte colectivo sin tener que recurrir al transporte individualizado como solución a la movilidad urbana.
Supone una mejora muy sustancial (especialmente si se respeta la vocación socioeducativa del Parque que se ha ido conformando a lo largo de estos 13 años) en las condiciones de vida para la zona (Parque Alcosa, Polígono Aeropuerto, Torreblanca y Sevilla Este) muy poblada y con evidentes síntomas de deterioro ambiental y convivencial.
Dar satisfacción a una reivindicación activa histórica (13 años) de los vecinos y vecinas, y evitar el conflicto social que se prevé, ya que el grupo humano que se agrupa entorno al recién creado Foro Ciudadano por el Parque Tamarguillo no va a dejar la lucha por la defensa del Parque.
Si la apuesta es por la sostenibilidad, el Parque Tamarguillo avalará esta apuesta y, así, los ciudadanos se harán partícipes del proyecto de una Sevilla sostenible que el Gobierno Municipal propone y promete. Si la SE-35 destroza el Parque, el Gobierno perderá el crédito y aparecerá la idea de que existe sumisión a intereses económicos ajenos al bien público.
En plena crisis se muestra más razonable y correcto promover obras o actuaciones que no contengan carácter especulativo alguno (como la SE-35) y buscar actuaciones que creando empleo defiendan el bien público.
El ahorro inversor de no hacer la SE-35 se puede destinar a desarrollar otros proyectos que pueden resolver los problemas de movilidad, como la vía paralela a la autovía de Málaga, ampliar las líneas de metro, tren, tranvía y autobuses que anima a los ciudadanos a resolver su movilidad sin depender necesariamente del coche particular.
Un gobierno progresista debe velar por los intereses generales, ser coherente en el cumplimiento de su programa y no ceder a intereses especulativos que se basan en el urbanismo descontrolado.
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